:
Un día te despiertas
y todo reducto de anhelo por el pasado
ha desaparecido.
Lo ido está en su sitio, en la vitrina de tu historia.
Qué extraño es el mecanismo de soltar.
Sucede que más allá del adiós,
de cerrar puertas y volar
puentes;
más allá de los meses, estaciones y silencios sepulcrales;
más allá de
las eras –porque se siente como eras–
permanece el impedimento,
pero un día te
despiertas finalmente
y dejas de extrañar.
Qué extraño que es tan fácil para algunos soltar.
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