11.3.06

Eternidad fugitiva

¡¡¡MÁS DÍAS!!!
Último día, cierra este DOMINGO (19 de marzo)
A principio de los 80, Manuel Álvarez Bravo emprendió el viaje que lo llevó a reunir el acervo fotográfico más importante de Latinoamérica, adquiriendo en los Estados Unidos, Europa y, por supuesto, México, una colección de dos mil 500 imágenes –hoy de incalculable valor- que incluían la obra de maestros de la lente como Robert Capa, Edward Weston, Man Ray, Robert Mapplethorpe, Paul Nash, Tina Modotti y Henri Cartier-Bresson.
Bajo el encargo del entonces presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo, y del coleccionista y productor de cine Jacques Gelman, el fotógrafo mexicano signaba así el inicio de un prometedor proyecto que devendría en la creación de un museo mexicano de la fotografía, el cual no se concluyó, pues el fotógrafo se retiró del mismo en 1986.
Dicha colección, propiedad hoy de la Fundación Televisa, es precisamente la columna vertebral de Eternidad fugitiva, exposición fotográfica sin precedentes en México que llega a su fin este 19 de marzo (abierta al público desde diciembre pasado en el Museo del Palacio de Bellas de Artes).
Con la curaduría de Alfonso Morales, esta muestra alberga una selección de 434 imágenes provenientes de aquel compendio, más otra colección reunida por la Fundación en los últimos veinte años, y que incluye trabajos de artistas contemporáneos como Frida Hartz, Pedro Valtierra o Gabriel Orozco, sumando así siglo y medio de la historia fotográfica de México y el mundo.
Sin orden cronológico, Eternidad fugitiva abarca todas las salas del museo, disponiendo cada una de ellas a un criterio temático, dando como resultado ocho grandes núcleos que llevan al espectador de las imágenes de la guerra, por ejemplo, hasta el trabajo del retrato, el desnudo, los desastres naturales, el paisaje y los cuerpos celestes, sin dejar fuera la interpretación netamente artística de la fotografía como esclarecimiento del hombre.
En la Sala Nacional se muestra el núcleo denominado “Tiempo”, donde fotógrafos como Sam Taylor-Wood, Alexander Gardner, James Robertson y Guillermo Aldana reflexionan sobre su preocupación por asir el espacio y coagular el instante: la guerra (desde el hongo de Hiroshima hasta el reciente Irak), más las catástrofes y las imágenes que retratan una Ciudad de México devastada por los terremotos del 85 cierran esta serie.
Partitura”, el segundo núcleo, dispuesto en la Sala Diego Rivera, reúne las imágenes de las ciudades, diurnas y nocturnas, con exponentes como Harry Callahan, Paulina Lavista, Robert Flank, Bruce Weber y Lola Álvarez Bravo. “Selene”, por su parte, en la Sala David Alfaro Siqueiros, manifiesta con James Carpenter y Julio Verne, por ejemplo, el trabajo fotográfico como instrumento astronómico.
Paisajes de la materia”, en la Jorge González Camarena, es el cuarto núcleo, enfocado en imágenes científicas que llevan al espectador al ojal de un microscopio o telescopio, a través de la mirada de Guillermo Kahlo, William Eggleston, Mariana Yampolski, Frank Lloyd Wright y hasta Andy Warhol, entre otros.
El núcleo “Párpados cerrados” ocupa la Sala Rufino Tamayo, y es la apreciación de artistas como Hippolyte Bayard ante la pasividad de un ojo humano. “Cuerpo”, en la José Clemente Orozco, es la serie del desnudo, interpretado por Neil Chapman, Duane Michaels, Ansel Adams y Graciela Iturbide, por mencionar algunos; desnudos que se complementan con los rostros del núcleo denominado “Máscaras”, el arte del retrato, preparado en Sala Justino Fernández, donde puede encontrarse, entre sus exponentes, el mismo Manuel Álvarez Bravo.
Finaliza la exposición, en la Sala Paul Westheim, con el núcleo “Caverna”, donde se da cuenta del paso del tiempo sobre la herramienta fotográfica: de la linterna mágica hasta la realidad virtual. Luis Lupone e Hiroshi Sugimoto son dos de los exponentes.
De esta forma, Eternidad fugitiva se manifiesta como una mirada reflexiva a la historia fotográfica, una colección que desde sus inicios, dijo Álvarez Bravo, nos permite adentrarnos en “las diferentes maneras de ver, interpretar, de realizar y expresarse por medio de la fotografía”.

Eternidad fugitiva, presentada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del INBA y la Fundación Televisa, puede visitarse en el Museo del Palacio de Bellas Artes (Ave. Juárez 1, esq. Eje Central) hasta este 19 marzo, a partir de las 10:00 y hasta las 18:00 hrs. Donativo: $35.00. Descuentos a estudiantes e INSEN.

5 Comments:

Blogger Lety Ricardez said...

Magnífico el post y la exposición debe estar "de película", pero hoy entro aquí más que nada, para que tus amigos te feliciten por tu cumpleaños, que fue ayer

Besos de mamá orgullosa. !Ah no crean que no lo felicité ayer! sólo que no escribí en su blog

marzo 12, 2006 1:27 p.m.  
Blogger Silencio said...

Ouch, bueno la vi y tenía ganas de verla de nuevo, pero bueno que le hacemos, creo aun esta la de Mariana Yampolsky en San Ildefonso, no ya no esta, como sea, chida exposición y que la cruda no le haya hecho estragos como a dos de sus visitantes de cumpleaños.

marzo 13, 2006 8:39 a.m.  
Blogger Tristán said...

;) Se agradece.

Jeje, hasta eso no amanecí tan mal :S

marzo 13, 2006 10:41 p.m.  
Blogger ángel said...

Álvarez Bravo es, sin duda, el padre de la fotografía latinomaricana. Un gran maestro, un niño que alcanzó la centena trabajando con rigor y pasión. El trapo negro, que es el nombre de la espléndida foto que ilustra este post, así lo demuestra.

marzo 23, 2006 8:30 p.m.  
Blogger Tristán said...

"El trapo negro"

No tenía el dato.

Thnks, míster.

Un abrazo.

marzo 23, 2006 10:06 p.m.  

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