Antes de la guerra de Troya (fragmento)
Eva y yo nos mirábamos las manos, los pies, los cabellos, tan encerrados en ellos mismos, tan lejos de nosotros. Era increíble que mi mano fuera yo, se movía como si fuera ella misma. Y también queríamos a nuestras manos como a otras personas, tan extrañas como nosotras o tan irreales como los árboles, los patios, la cocina.
Elena Garro
Imagen: Retrato de Elena Garro, de Juan Soriano (1948)
6 Comments:
Se dice que si los ojos son las ventanas al alma, las manos la puerta.
Esas manos increíbles que nos ayudan a conversar. Abrazos.
el cuerpo es otro mundo... =)
Si, es que a veces las manos son otras personas, tan extrañas e irreales como las miradas.
Beso, señor.
es increible como puede uno desasirse de si mismo, para ser en el otro, o en uno, otro.
O las llaves, ZOÉ. Por cierto, me dieron ganas de postear un poema sobre las manos. Al rato lo pongo... Saludos, camarada.
Don FERNANDO, y además son traductoras de lo imposible a decirse.
Es una sucesión infinita de mundos, ZEZÉ... Oyes, es un gusto tenerte aquí :D Thnks.
Usted, LO-QUE-SERÁ, es a veces la mano que me gustaría ser. Un gran beso ;)
O "de dos en dos, dedos pulgares", madre, como diría la sra. Castro :D
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