Innocence
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Bebíamos mate en la salita que nos habían adecuado en el hostal para pasar la noche y no molestar a nadie. En algún momento de nuestras risas entró Innocence. Qué bonito nombre para una figura como ésa.
Innocence era alto y robusto como un gigante. Un negro de magnitudes enormes. Llevaba unos pantalones que nos parecieron le quedaban cortos, y una camisola en la que hubieran entrado dos de nosotros, los más flacos. Había cambiado su pelo por un coco liso y brillante, que competía igualmente con lo liso y brillante de su sonrisota.
He escuchado risas y me permití entrar, nos dijo en un inglés tímido y ronco.
Innocence era un buen nombre para una figura con gestos tan bondadosos como ésa. Un exiliado político de Nigeria algo incauto. O más bien el exilio era del padre. Y él era entonces una especie de exiliado hereditario, según nos dijo.
A Innocence le gustaban los amigos, aunque a leguas se notaba que no tenía muchos. Fue curioso cuando alguien decidió llevarse la fotografía del recuerdo. Dos argentinas, un griego, dos chilenos, un suizo, un mexicano e Innocence, que antes de tirar el primer disparo pedía a todos que aguardáramos: “Vuelvo pronto, esperen, yo también quiero una y he dejado mi cámara en el cuarto”.
Mientras lo aguardábamos todos estuvimos de acuerdo de que Innocence no podía llamarse de otro modo más que Innocence. Sin embargo, Innocence no regresó.
Innocence era alto y robusto como un gigante. Un negro de magnitudes enormes. Llevaba unos pantalones que nos parecieron le quedaban cortos, y una camisola en la que hubieran entrado dos de nosotros, los más flacos. Había cambiado su pelo por un coco liso y brillante, que competía igualmente con lo liso y brillante de su sonrisota.
He escuchado risas y me permití entrar, nos dijo en un inglés tímido y ronco.
Innocence era un buen nombre para una figura con gestos tan bondadosos como ésa. Un exiliado político de Nigeria algo incauto. O más bien el exilio era del padre. Y él era entonces una especie de exiliado hereditario, según nos dijo.
A Innocence le gustaban los amigos, aunque a leguas se notaba que no tenía muchos. Fue curioso cuando alguien decidió llevarse la fotografía del recuerdo. Dos argentinas, un griego, dos chilenos, un suizo, un mexicano e Innocence, que antes de tirar el primer disparo pedía a todos que aguardáramos: “Vuelvo pronto, esperen, yo también quiero una y he dejado mi cámara en el cuarto”.
Mientras lo aguardábamos todos estuvimos de acuerdo de que Innocence no podía llamarse de otro modo más que Innocence. Sin embargo, Innocence no regresó.
De La especie está mutando, antologado en Cardo (2005)
17 Comments:
la incertudumbre...¡ah, qué chiste!
Yo hubiera dicho, tomemos la foto rápido y escondamonos.
Inocence quedó indeleblemente retratado con sus letras, señor. Ni quien necesite mirar la foto, pa qué. ;)
Abrazo extrañador.
Feliz, feliz, feliz, pero muy, feliz, rete feliz Navidad!
¿Es decir que la cualidad del hostal es "para pasar la noche y no molestar a nadie"?
Conde de DURANYORK, así es esto. Me gusta decir que es el tipo de incertidumbres bien ciertas... Gusto tenerlo por aquí.
Jaja, SILENCIO culei, pero sí, la foto existe y no está él. Mucho tiempo pensé que sí estaba, y que por ahí guardaba una foto con él, él y todos nosotros, pero creo que fue mi imaginación. Cuando regresé a las fotos nunca lo vi. Innocence no estaba. Creo que a veces la mente así juega.
Jeje, LO-QUE-SERÁ, sin embargo en las letras suele pasar que el que escribe se queda con la incertidumbre de saber si el lector costruye la imagen a perfecta similitud de la construida por el que escribe. Chale. Sueño a veces con transmutarme un rato en mi lector.
Querida G. KLEINE, doctora, el abrazo es más fuerte para usted. Enorme año le venga. Un beso.
Sabias palabras, camarada BI MÁT. No queda más que agregar. ¡Que viva la memoria! ¡Que viva la estirpe de la memoria! ¡Que vivan los muertos, es decir, que se levanten los muertos de toda memoria!
Queridísimo CAMANDEMUN, qué cuenta la Pantunfla? Te mando un abrazo abrazo triple desde las Oaxacas. Gracias por los whishes y te los doblo. Lo mejor para la family este año y los que vienen. Se te aprecia bien. Chorros de cariño.
Jaja, ALFONSO, chale, quise decir que para pasar la noche despiertos, jaja. Chale, qué feo es eso de querer decir lo que no se dice. Tiene usted toda la razón. Allá metió la mano el diablo, debo corregir. Mmmhhh, chale, qué feo es esto, ja. Un abrazo.
Mi más sincero brindis para todos, todos estos días, todas estas noches, todos esos días y esas noches, qué mas da, todas esos años que nos restan. Un abrazo.
Pues que internacional la cosa, no??
Muchos , muchos abrazos navideños, espero nos sigamos acompañando blogueramente el año que viene también :)
Todo lo mejor para tí.
Qué gusto que tomó usted mi comentario de la mejor manera. Su espacio es muy bueno. Un saludo y felices fiestas.
el 28 es el día de Innocence... ¿no?
Un abrazo para el profugo de las cámaras.
Innocence no necesita fotografías porque es de esos seres que quedan grabados en la retina por siempre. Innocence quizás nacio un 28 de diciembre y esté escapando del rey Herodes que busca acabar con él.
Bonito relato
Así será, amiga NOEMÍ. Ni modos que no ;) Un fuerte abrazo.
Uy, ALFONSO, en esta vida hay que consumir verdades, aunque a veces las verdades las cargue el diablo: "no son mentiras, son verdades mías", dicen que el diablo decía, pero bueno, mientras ni ese tipo de verdades se presente estamos fritos. Las falacias son demasiado perecedereas, jeje. Un abrazo, señor, y gracias por tus observaciones. Ya me sentaré tranquilo a corregir eso. Y de paso recibe mis felicitaciones decembrinas ;)
Lo mismo digo, LIRVA. Lo mejor pa usted de aquí pal Real.
Jaja, sí, RACHEL. Ora que lo pienso aquello sucedió un diciembre. Un dicienbre frío de Madrid. Yo me acababa de cortar el pelo (unos 10 centimetros, al menos, y es que lo cargaba largo para aquel entonces) y me sentía un tanto débil. Me habré acordado de Sansón y zaz! más débil. Veintiochos de diciembre hubo muchos, te digo que andaba un tanto débil, ja. Un beso bien grande, mi RACHEL.
Y este caso, LAURA, el santo inocente que era Innocence huía del rey Herodes representado por alguna dictadura nigeriana. Qué cosa. Dónde diablos estará Innocence para que nos lo explique.
Aora vengo por el abrazo de año nuevo jeje, ando de tramposa.
Lo mejor para ti y los tuyos!
Beso y abrazo apachurradisimo!
eso da buena suerte eh? jeje
Para tí y para todos tus lectores Tristán un abrazo nada tristán, sino feliz.
A mi también se me quedó grabado Innocence
G. KLEINE, abrazo más fuerte para usted. Que le pinte el año de lo lindo, mejor de lo que pintaron las manos de Renoir (o algo por el estilo que pinte igual de bonito). Un abrazo ;)
Y fue real Innocence, MADRE. Fue real!!!
Divertido tu post.
;)
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