Digo, no sé, pero no sobra recordar ahora (sobrará algún día?, no lo creo) a la comandanta de nuestros ojos. Mano de timón. Manos terrosas. Manos muy manos. De esas que dejan en nuestras palmas un montoncito de tierra. Allí lo dejan y allí se queda.
No sé.
Se refiere usted a la comandanta?
Es que la comandanta es algo así como la flor en el sitio del corazón, por ejemplo, de un cuerpo-ikebana.
11 Comments:
IKEBANA
No se, que hacer, no existe nadie que sea un cuerpo ikebana, no, para que, ¿para que sea el Ikebana de alguien más?
¿Y cuando sale republicao?
Ya quere os ver ese poemario en los estantes de buenas librerías viajero
Tres líneas que me impactaron. Muy bueno. Saludos.
¡Quién fuera flor!
:D
y piel!
Sobre el tip de abajo.. creible para los Quijotes o aprendices de Quijote, o los que nos creemos eso. Buen blog. Saludos!
Asi nomas, asi.
Cuándo, BRO? Pregúntele a la burocrasia, jeje.
Jeje, MADRE, yo también.
Jaja, MAESE, así qué chiste. Por usté sí y yo no. Pero dígame, pá cuándo.
Siempre agradecido con usted, mi buen don FER.
Quién fuera flor, LO-QUE-SERÁ? No se haga, pues usted ;)
Bueno, G. KLEINE, en realidad eso quise decir. Flores de piel.
Thnks, DYITZ. Venga cuando quiera :D
Así... (Oyes, camarada AZOE, siempre he tenido curiosidad. ¿Eres tú el de los catorrazos?)
Se refiere usted a la comandanta?
Digo, no sé, pero no sobra recordar ahora (sobrará algún día?, no lo creo) a la comandanta de nuestros ojos. Mano de timón. Manos terrosas. Manos muy manos. De esas que dejan en nuestras palmas un montoncito de tierra. Allí lo dejan y allí se queda.
No sé.
Se refiere usted a la comandanta?
Es que la comandanta es algo así como la flor en el sitio del corazón, por ejemplo, de un cuerpo-ikebana.
Vóitelas,
yo quiero estar con usted. Allá en la montaña.
Echarle 10 flores al pecho frágil del sueño de la comandante.
Simón. Lléveme a donde usted.
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