9.1.06

Strangers in the Night

Tenía unos cuarenta, un saco caqui y el aspecto de un poeta al que apenas por la tarde le ha caído algún dinero. Yo comía algo en una de las bancas y pensaba. Se acercó, eligió mi banca y extendió un diario con la delicadeza de un pergamino. Lo dobló, creo, sin leer línea alguna. Luego dijo que hacía fresco.
No te molestes, ¿pero podría invitarte una copa?
Me hablaba a mí, y no se cómo lo dije, pero no.
Entonces ¿un café?
No hacía fresco. Yo tenía frío y hubiera aceptado el café, pero no.
En todo caso disculpa.
Había dejado la banca. Había dado dos pasos. Luego volvió.
¿Y al cine? ¿Podría invitarte ir al cine?
Discúlpame, pero no.
Atravesó entonces la plaza con las manos en los bolsillos del saco. Al otro extremo de la banca estaba el diario, ya no extendido como un pergamino sino allí, sencillamente, como un arrojo, con el rostro que ponen las cosas que abandonan los hombres cuando ya no les sirven.
Barcelona, 1997

13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

la invitación opaca...llena de luces..saludos Michelle

enero 09, 2006 8:18 a.m.  
Blogger fgiucich said...

La invitaciòn de un extraño es un secreto que no siempre es fàcil de desentrañar. Relato preciso y directo. Abrazos.

enero 09, 2006 8:45 a.m.  
Blogger alejandra said...

encuentros y desencuentros como señales cifras indescifrables, y la memoria que nunca se va,

recibe mis abrazos festivos ya despues que me cure la cruda ,y ey! he vuelto!

enero 09, 2006 10:10 a.m.  
Blogger Lety Ricardez said...

Yo diría que el poeta eras tú en unos años, que as cosas materiales no te interesan, porque a tí, no te imagino reiterando un NO por respuesta a quien te busque.
Es un placer ver aquí a Michele, de don Fernando ni se diga. Un saludo a tus otros amigos y para tí
¿que te daría?

enero 09, 2006 11:13 a.m.  
Blogger Lo-que-serA said...

A mí también me cuesta trabajo imaginar a Tristán rechazando la llamada de algún posible destino. A menos que, gracias a la delicia de las palabras, el autor haya sido el invitador. Beso, señor.
Pd. La pésima redacción de mi comentario anterior dio pie a una enorme errata: al mar regresaré siempre, aunque ya no esté (yo), pero amargarme por volver a la ciudad no me iba a regresar al mar. Eso quise decir. :S

enero 09, 2006 11:20 a.m.  
Blogger Dra. Kleine said...

A veces, cuando deseamos impacientes decir si no sucede simplemente porque para decir SI el tiempo debe ser el propicio...
Y creo que no lo fue.

Ups.

enero 09, 2006 1:33 p.m.  
Blogger diablo enlatado said...

nos cuesta decir que sí.

nunca me ha pasado.

me pregunto si me pasará algún día.

enero 09, 2006 2:38 p.m.  
Blogger Sergio Lara said...

Supremo.

enero 09, 2006 4:07 p.m.  
Blogger Tristán said...

MICHELLE: Y de luces que se apagaban, jeje. Saludos.

Le doy toda la razón, don FER. Y fíjese que soy re curioso, pero no. Sencillamente dije no, jeje. Un abrazo.

Pregunta de millón, CAMANDEMUN. Como el diario. Quizá también quedé yo como el diario. Pero bueno, no importó. Con 18 años qué cosa puede importar, jajaja. Te veo pronto, CAMANDEMUN.

Un abrazo, OPPHELIA, y dígame. Cómo va con la magazine?

Bueno, MADRE, yo no soy de no's, pero tampoco quiere decir que sea de si´s, o no? O sí? Jeje. Besos.

Jaja, LO-QUE-SERÁ, eso crees? ... Te acuerdas del juego ése de los ángeles? Habíamos quedado de acuerdo, creo, que hay ángeles en los cuales no se puede confiar, aunque al final resultaran de intenciones positivas más que negativas, y que esos pangeles se presentaban en los niveles más avanzados del juego. Creo que esa fue la cuestión. Juego de rol. Un beso.

G.KLEINE, sí. Eso suponemos debió ser. Toda la razón.

Of course que sí, Míster CANS. Todos estamos sobre el tablero. Todos tocamos los dados. A todos nos corresponde un turno. O más de mil turnos.

Grax, camarada SERGE. Un gran saludo.

enero 09, 2006 7:31 p.m.  
Blogger Unknown said...

"con el rostro que ponen las cosas que abandonan los hombres cuando ya no les sirven"

esa expresión es de las que más me ha impresionado desde siempre.

enero 10, 2006 9:45 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando uno se pone en el lugar del extraño, todo parece tan claro, que de repente uno recuerda justamente que el extraño lo es porque no podemos ponernos en su lugar.

Y, sin embargo, flota esa ansiedad...

Saludos, y gracias (agradecimiento atrasado, lo se) por los buenos deseos, feliz año para ti también.

enero 11, 2006 10:49 a.m.  
Blogger Tristán said...

Y es que apenas nosotros mismos podemos con nuestro lugar, y eso de ponernos en el de otro es un esfuerzo doble, un doble sideral.

Un gran abrazo, ALE, hada de Aïeux.

enero 11, 2006 3:10 p.m.  
Blogger Tristán said...

Y mira que eran buenos tiempos, me cae que sí, camarada Herrera.

enero 13, 2006 11:29 a.m.  

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