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Lo recuerdo, cerrados los ojos, como si la barrera de su ceguera ─que lo aislaba de toda distracción─ no fuera suficiente. Necesitaba entonces apretar los párpados, que ni siquiera el pensamiento de tener los ojos abiertos pudiera distraerlo. Así, sumergido en esa doble oscuridad permitía que la luz interior, la musa del espíritu, emitiera lentamente una sucesión de imágenes y de ideas ─como El Aleph─, dando forma a lo que todavía era ignorado por él.
Cuando su mano se levantaba y marcaba las sílabas en el aire, yo, desde mi silencio, sabía que comenzaría a dictarme un poema..
Cuando su mano se levantaba y marcaba las sílabas en el aire, yo, desde mi silencio, sabía que comenzaría a dictarme un poema..
María Kodama
8 Comments:
Maria esa tokoshimi, me recuerda a Beth Gibbons, y bueno imagino que el viejito ciego ese, debía tener un Aleph en su cabeza, por otro lado es una pena, en unos años un aleph podría ser externo y llevar a su portador adentro.
Es así con los ojos vueltos hacia dentro, como se abren a lo que hasta entonces estuvo escondido.
La Ceguera de Borges, una ceguera mágica
Quién pudiera, Tristán, escucharse tan claramente. ¡Ay, nuestros ojos!
Heráclito de Éfeso;
Borges de Tlön.
Una extraordinaria descripción de cómo dictar versos desde la oscuridad infinita. Abrazos.
Beth Gibbons... por cierto, TERRIBLE, thnks por ese descubrimiento. Por otro lado, pensé que Kodama era tan sólo la mujer de Borges, pero me di cuenta de lo contrario, brillante la japonesa, pero bueno, es mejor Gibbons, por supuesto. Por otra parte, Borges quedó ciego por eso mismo que tú dices. Ni modo, todo en este mundo se paga.
MADRE, con eso que dices me acordé de un poema de Hernández, creo, de Francisco, y es precisamente un poema a Borges. El asunto es que los ojos de Borges vuelven la mirada (valga la doble redondancia) hacia atrás, y es entonces cuando los ojos se le vuelven de sal. Pero bueno, no tienen chiste así, ya lo buscaré y te lo cuento... igual y no es de Hernández.
Usted, poeta LOQ.
Híjole, señor EQUINOCCIO, deje medito una respuesta (ora que entienda lo que usted dijo, claro está).
Desde un Aleph, camarada don FER.
¿Kodama? orale... habra que leer...
o escucahr mas bien...
La mera verdad no he leído nada de Kodama, mi buen SERGE, pero seguro puede haber algo por ahí.
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