22.7.05

Sheikh-al-jebal

A Thomas de Quincey

No es el arte de matar lo que nos mueve. Puedo dibujar caracolas sobre el pecho de mis muertos. Utilizar los más finos cortes de un intestino delgado, y dibujarlas. Puedo trazar castillos en el aire con sus cuerdas vocales. Puedo trazarlos. Hacer flores bellísimas con el hígado que le extraje, y encajárselas en sus manos. Pero no es la belleza quien me mueve. Mis ancestros encontraban en el acto de clavar la daga la liturgia. Ese acto, a simple vista tan vulgar, era un altar cuando lograbas esfumarte. Sin que nadie lo notara, con la sangre de las manos en el saco, uno dejaba, a paso lento, la escena de su crimen. Eso era el altar. Ser el silencio. Gestar esta estirpe de secreto. Luego mis ancestros subían la montaña y se unían a su Orden. Cada quien con la boca bien cerrada. Salpicando sangre al choque de sus vasos sin que a nadie le importara. Después venía el hachís y el tiempo detenía. Yo no tengo montaña. Y la prole de la Orden se reduce a mi persona. O al menos eso pienso. Los homicidios anónimos de los diarios no dan pistas que refieran a la estirpe. Ahora estoy mirando tele y prendo un porro. Me pregunto si la hazaña tiene incluso algún sentido. Siempre me pregunto. Aún no encuentro otra cosa en qué sentarme.
De Textos sin casa
*
El Príncipe de la Montaña (o en árabe Sheikh-al-jebal) era el título “nobiliario” que tenía el Jefe de la Orden de los Assasins, comunidad militar de fanáticos mahometanos que se estableció en las montañas de Persia y de Siria entre los años 1090-1258. Es de gran curiosidad aclarar que las palabras “asesinos” y “asesinato” provienen sin ninguna duda de los hábitos de esta vieja comunidad, que especialmente perpetraba sus crímenes con armas punzocortantes y en total anonimato. Asimismo, es igualmente de gran curiosidad aclarar que la palabra “assasins” proviene de la palabra árabe “hashishin”, que quiere decir “consumidor de haxix”, que obviamente en nuestro español es “hachís” o, coloquialmente, “hashis”. Pues resulta que cuenta Thomas de Quincey, en El asesinato considerado como una de las Bellas Artes, que los Assasins se veían impulsados a cometer sus crímenes debido a las ilusiones que les provocaba esta droga. Así que si usted es consumidor asiduo de esta simpática yerba mejor absténgase, no vaya a ser que resulte eslabón perdido de esta estirpe.

16 Comments:

Blogger Dra. Kleine said...

Dioses, por demás interesante en estas artes que no a cualquiera le caen bien a la fuerza de su estómago.
Seguirmeos por aquí ilustrándome!

julio 22, 2005 9:41 a.m.  
Blogger Silencio said...

Fabuloso!!!!

Tristan, Andreas, que buena info.

El asesinato desde el punto de vista de Silencio

Quitarle la vida a alguien provoca un sentimiento terrible, tener el control de una vida, provoca una ligera sensación de tranquilidad que puede volverse una adicción. Que no tiene nada de artístico.

Terminar una revolución, la revolución que llega en cada vida. Eso lo hace el arte a través de una metafora, pero el asesinato lo hace en forma real, así como enamorarse, querer matar es un sentimiento, como querer amar y odiar, es un impulso. El impulso raramente tiene algo de artístico, es un impluso.

Para hacerlo arte, necesitas sadismo y disfrute del sadismo ya que no es solo matar, es provocar en tu espectador, y lograr que tu materia prima sienta ese cambio, que lo hará pasar de una estadística a objeto de estudio, a personaje de los periódicos y además con toda la precisión y habilidad en el manejo de despojos porque no quieres que nadie te descubra pero, realmente ¿no quieres que te descubran?. El artista busca ser reconocido. Entonces el único artista es el que mata con una buena técnica, de forma lenta y que busca que todos los involucrados se estremezcan.

El sicario desarrolla una técnica para no ser descubierto, el no ve el arte, el ve la profesión, como el Arquitecto y el Ing. Civil.

Diablos, no se que quiero decir, tal vez que no todos los que matan pueden hablar de arte en lo que hacen, yo pensaría que los únicos podrían ser el Asesino serial y el Sicario, de los buenos, porque hay otros que solo son matones, pero bueno...

En realidad espero mucho el comentarios de ese pasante de Agente... que ha estado en contacto con los muertos.

julio 22, 2005 12:02 p.m.  
Blogger Unknown said...

Sí que estamos conectados, precisamente había estado poner un post a cerca de origen de la palabra asesinos pero no he tenido el tiempo (ah, qué rico tomarse el tiempo!) Además ya mero me voy, no vendrás a mi casita a despedirme?

julio 22, 2005 2:49 p.m.  
Blogger Gerardo Mariscal said...

WOW¡¡¡ Desde la trinchera del asesinato hasta hacerlo algo bello, muy bello.

julio 22, 2005 5:09 p.m.  
Blogger Tristán said...

Gran ANDREAS,

cuando escribía este texto, la fábula iba hacia el asunto importantísimo de mantener en secreto un asesinato, más allá de lo bello de realizarlo, de sus formas, de su estética. El punto es que venía a establecer que un gran asesinato, por lo tanto también bello, era aquel que nunca salía a relucir, quiero decir que el asesino, porque el asesinato en sí debería relucir y correrse de voz en voz, pero del autor nada, quizás el autor se volvería en un mito, un poco como el Jack de Londres. Esos asesinos estéticos que después de tanto acabaron en el encierro, o en la horca, o en la silla eléctrica, o en la camilla donde le pondrían la inyección letal, al fin y al cabo habían demostrado ser poca cosa, porque como dice Panero, no escaparon de la ley, fracasaron.

Cuando estaba escribiendo el texto también pensaba en su trasfondo, que tiene que ver también con el asesinato de la razón; una muerte a la razón que yo concibo como el asesinato, por ejemplo, de muchas de nuestras propias ideas: todo lo que no decimos y todo lo que no hacemos. Eso es también matar a sangre fría.

Un cuate, Gamaliel Luna, me contaba un poco sobre ello. Me contaba también sobre una encuesta que alguien había hecho en la Ciudad de México, donde un 90%, creo, al preguntarles si se consideraban peligrosos contestaron que no. Pero en un 100% en esa encuenta, al preguntarles si consideraban a los desconocidos peligrosos dijeron que sí.

Podría yo decir, entonces, que todo depende de la lectura del peligro que tiene cada uno. De la lectura del crimen, y de la lectura específica de lo que significa matar a una persona.

¿Arte o simplemente criminalidad?

"El asesinato tiene que ejecutarse sin ser visto: igual que las bellas artes ama la oscuridad y el silencio, en el que se derrama la poesía", apunta Panero. Qué excelente concepción, me cae.

El arte de verdad está en el silencio, y creo, no lo había pensado antes, que todo arte parte del silencio. Muchas veces le daba vuelta a los asuntos cuando alguien me preguntaba si esto o lo otro era arte o no era arte. Creo de ahora en adelante partiré desde esta concepción. ¿Hay un silencio en cuál sentarse? Si lo hay es arte. Si no no lo es.

"ABRA CADAVRE".

Un abrazo, señor Kartak.

julio 22, 2005 6:21 p.m.  
Blogger Tristán said...

G.KLEINE, estas artes oscuras dejan a uno frito. Pero es como ser un poco masoquista. Apenas ves el tema y te detienes, jeje. Y la razón es que, creo, todos somos asesino potenciales. ¿O tú no?

SILENCIO, yo creo que un impulso es un impulso, no hay más. Pero el impulso de matar, a veces, olvida su condición animal y se transforma, crece, se educa, se significa, y entonces el matar ya no es, por nada, un impulso, y es cuando podemos hasta llamarlo artístico. No cualquier asesinato lo es precisamente por lo que digo... Estoy de acuerdo con lo que dices, para crear este tipo de arte se necesita ser sádico, pero creo que el arte no tiene una sola cara, tiene dos: la concepción del que lo realiza y la concepción del que lo admira, lo califica, el que lo pone en la balanza, concepción última que no es sólo de los críticos y los amantes del tema, sino de cualquier "mortal" (MORTAL con todas sus letras) que pueda reconocer en esa acción un poco de poesía... Quiero decir que el arte no es arte porque es mío y porque yo lo hice como arte. Quiero decir que el arte es arte porque golpeó fuera de mí, a mis espaldas, ante ojos que ni siquiera conozco y ni siquiera conoceré. El arte, pues, también debe seguir esa significación choteadísima: "debe traspasar fronteras", o debe estremecer, como dices, pero no por el estremecimiento ése que siempre trae consigo la sangre, sino por un estremiciento que nos lleva a leer lo que no vemos de la acción, de la misma forma en que leemos el blanco en un poema.

RACHEL, creo que el sol nos pegó al mismo tiempo, jeje. A qué hora naciste, eh?... Oyes, te veo mañana, sábado, dime la hora, va? Ándele, no se me raje.

ROCK M, paisano, desde esta trinchera asesina le agradezco sus palabras. ;)

julio 22, 2005 6:51 p.m.  
Blogger Tristán said...

We are nothing

:D

julio 22, 2005 7:41 p.m.  
Blogger Lety Ricardez said...

Los leo, la respiración se suspende,suspiro y después me pregunto ¿cómo es que me visitan? La forma escrita de sus reflexiones me paraliza. Yo soy tan poco consciente de mis procesos y eso que digo que vivo de puertas para adentro, pero es cierto, vuelven a brillar mis ojos y sonrío cuando recuerdo "soy una niña"

julio 22, 2005 8:25 p.m.  
Blogger Tristán said...

No hagas caso. Estos que hablamos ni somos. Son otros. Son otras voces con otras pieles. Lo que pasa es que a veces nos asomamos y saludamos a nuestros "the others". ;)

julio 22, 2005 8:35 p.m.  
Blogger Tristán said...

Kartak es ley!!!

Thnks,
Gran Kartak.

julio 22, 2005 9:14 p.m.  
Blogger Falso Profeta x said...

Qué onda, muy interesante lo que escribes en tu blog, por aquí andaré seguido.

julio 23, 2005 12:54 a.m.  
Blogger Xavier Villarreal said...

Hace tiempo, frente a una de las preguntas de Neruda se me ocurrió pensar en la dialéctica del asesinato. Me salió esto:

-¿De qué ríe la sandía cuando la están asesinando?-

En el beso de anoche
sobre la mujer de labios rojos
se recuerda.

En vano y en silencio espera.
La corta la mirada.

Sonríe porque sabe
que su sangre
matará la sed del asesino.

Muy buen texto Don Tristán.

julio 23, 2005 2:28 a.m.  
Blogger Hamletmaschine said...

Hassan i Sabbah, alias "el viejo de la montaña", fue el líder de la secta de los assasin, y es el primero en generar la frase "nada es verdad, todo está permitido", frase cuyo linaje pasa por Rabelais y nos llega a través del ocultismo de Crowley.

Vaya forma de inventar una nueva conciencia, abriendose paso a dentelladas, pero también con perfecta lucidez.

La figura de Hassan i Sabbah, es excelentemente retratada en libro "Alamut" de Vladimir Bartol, editado en español en Edhasa y Muchnik.


Saludos!!

julio 23, 2005 6:47 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Todos venimos de la misma tribu, todos somos antropófagos , comemos la carne , la vícesa y el alma de otros .

Nada de que asustarse.

julio 23, 2005 7:28 p.m.  
Blogger Tristán said...

PROFETA, dese usté los roles que guste, para eso estamos.

Camarada XAVIER, excelente su respuesta a la pregunta de Neruda :D "Sonríe porque sabe/ que su sangre / matará la sed del asesino." Qué humanismo de sandía, me cae. Un abrazo.

HAMLETMASCHINE, mira nomás. Yo estaba segurísimo que el "Viejo de la Montaña" no tenía nombre, que era más que nada un señalamiento en singular a una pluralidad. Mira nomás. Hassan i Sabbah. ¿Será que I Sabbah fue el primer jefe de la Orden de los assasins? No sé. ¿Será?... Gracias por el dato que me das de Vladimir Bartol, "Alamut", prometo buscarlo mi buen MASCHINE. Un gran abrazo y siempre agradecido con tus comments.

NOEMÍ, este culto por la sangre nos va ocasionar un día una terrible indigestión, ya lo veras.

julio 23, 2005 8:52 p.m.  
Blogger Tristán said...

NOEMÍ, culto por la carne, quise decir...

julio 23, 2005 11:02 p.m.  

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