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Sucede que el globo se pincha, se vuela todo a pedazos, y uno abre un intento de manos buscando abarcar la lluvia de cachos. Y poco se atrapa. Cabe sólo en las palmas la cena de Taxco, el short a rayas, la tarde del lunes y el perro flaco
Mueve apenas sus miembros la miseria en las manos
10 Comments:
Sucede que el globo se nos va de las manos
sucede que se deshinfla el perro cojo
sucede que la cena familiar son puros platos rotos.
saludos
Sucede que no pude inflar el globo
que la lluvia me congela
Sucede que los tiempos acribillan
el bocado de mi madre.
Abrazos****
Sucede que el globo se infló solo; y no puedo hacer nada.
Saludos!
Sucede que el globo se pincha
y el estruendo te deja inmóvil.
Sucede.
Déjese ver, déjese ver.
Besos.
El estruendo es peor si se desinfla.Muy bueno el blog. Les paso el link de otro de un amigo escritor.
http://elrencordelosbufones.blogspot.com
Saludos.
y sucede otro dia, que pides prestados unos ojos, y el globo se infla, corremos, y transmuta en cometa, así volamos, sin reventar
no sucede nada cada vez que trato de hacerme un traje con plumas de ganso. necesitaré algo menos pesado pa volar?
Sucede....que sucede?...nada...sucede...el globo se va...en el aire...sucede...solo sucede...se va....el aire y el globo.
Saludos.
Esas manos que no atrapan, pero duelen. Abrazos.
Platos rotos, KARTAK. Platos sucios rotos. Platos cafeteros sucios rotos. Platos desechables cafeteros sucios rotos. PLatos navideños, desechables, cafeteros, sucios, rotos.
LIRVA, dile a mamá que te infle el globo. Te lo debe.
Helio quiere el globo.
Ante eso, mi buen XOCO, déjese llevar.
Sucede, pero hoy no, querida LOQ. Hoy nel. / Usted diga rana y salto. Diga cuándo.
Gracias, LAURA. Voy pa llá.
Lo malo de las cometas, MADRE, es que un mal aire sí te estrella gacho, jeje.
Uy, NASTY, y si fueran plumas de colibrí no nos alcanza.
Diablos, no hay manera.
Újule, GRACE, pero eso es lo mismo a un mirón en la ventana.
Apenas me dijo un amigo, por cierto, cuando íbamos en la calle, que los mirones son una enfermedad. Sentimos de pronto un peso en la espalda, volteamos y ahí estaba. La enfermedad tenía los ojos grandes y las pupilas dilatadas. Sus huesos eran fierros, y los barrotes de las ventanas eran quizás un fémur y otros huesos.
Así es, don FER, por eso dicen que la ausencia deja un cuerpo.
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