Lágrimas de oro
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Cuando el extraordinario y feliz fenómeno se produjo, cada miembro de la familia expuso una creencia diferente acerca de su origen. Según doña Luisa, la madre, fue a causa de una libélula dorada que picó al niño en la frente; según don Luis, el padre, el pequeño tragó semillas de membrillo radioactivo; según la abuela, viuda, fue porque en la misa, durante el último temblor, la estatuilla de San Jacinto vino a estrellarse en la cabeza de Dominguito; según frater Maurus, tío materno, monje benedictino, casto no sólo de las parte pudendas sino también de los cinco sentidos, el fenómeno se debía a la ingestión de una hostia milagrosa. En fin, según Nicomedes, tío paterno, borracho contumaz, la cosa se había producido porque el muchachito tenía un ángel de la guarda pederasta... Fuese la causa que fuese, el hecho es que una mañana Dominguito se despertó llorando lágrimas de oro..
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De Alejandro Jodorowsky, fragmento