27.10.06

helado de fresa
De Raúl Ferruz

22.10.06

Final de bolas

:
Cuando se entra en la casa de la muerte, uno encuentra al final del pasillo una caja, y en su cara superior un agujero donde cabe perfectamente la mano. Bolitas pretéritas, presentes y futuras esperan dentro, incluso bolitas pretéritas pluscuamperfectas. Hay que meter, por supuesto, la mano, darle un poco de vueltas y sacar lo que venga. Después de extraerla, hay que guardarla en el bolsillo y distraerse. Uno puede explorar la casa mientras tanto, asomarse al refri, tomar un refresco y acomodarse en el porche. Pasado un rato, la bolita cobrará movimiento, anunciando que todo está en orden, que ha terminado de armar las piezas. Entonces hay que alistarse, tomar el camino que sigue su bolita, salir de la casa por la puerta grande y olvidarse. Pero si uno se acaba el refresco, atardece, afuera suenan los grillos y nada con la bolita, todo estará perdido. Uno podrá sacarla del bolsillo y zangoletearla, acercarla al oído esperando un tictac de esperanza. El caso es que uno la rompe y como vil galleta china un mensajito: “Vive el momento presente”, y uno, enemigo de las bromas negras, desearía toparse con el culo de Horacio para meterle su carpe diem en lo más profundo, pero nada, eso es imposible. Entonces, lleno de rabia, busca por todos lados la ventanilla de reclamaciones, de protestas, de confusiones, de segundas vueltas, hasta que se siente cansado y entonces le viene el tedio y luego el sueño..
De Textos sin casa

17.10.06

:
Huele a pedo, letrina pública, azufre, pelo quemado, a orín, a rata muerta, víscera, baba, perro mojado, a coño enfermo, a caca, a huevo, encierro, pus, patas, muerto, leche rancia y luego el pinche huele a trigo. ¡.El mundo también huele a trigo.!

4.10.06

La fragancia

:
Toda cosa tangible guarda olor. Algunas cosas lo despiden con descaro y otras todo contrario: son suaves, casi imperceptibles, y para alcanzar su esencia es necesario pegarnos a la superficie y aspirar. Aspirar la tierra, las telas, entregarnos al pulmón. Todo guarda olor, que es como el alma; un poco la existencia, el anuncio de que existen. Lo que no existe no lo tiene, huele a nada, cero, frío, vacío, huele a limbo. Incluso el agua clara tiene olor, pero no han vuelto los ahogados a contarnos, y nadie ha registrado la fragancia..
De Textos sin casa
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